A primera hora de la mañana, cuando paseo por el Forestal, oigo como rompe el silencio el Pico picapinos con su característico repiqueteo sobre el tronco de un árbol. Su pico es muy fuerte y lo utiliza para percutir en los troncos y hacer que resuene un rápido tamborileo que marca su territorio.
En otras ocasiones, cuando escuchamos su rapidísimo redoble, es que está construyendo su nido. Para ello golpea con determinación la madera, haciendo un agujero en ella, utilizando de nuevo el pico como herramienta.
Paco Luque
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